El Ministerio de Sanidad contra las “Influencers”
La venta en farmacias de unas toaliitas contra el acné creció exponencialmente durante unas semanas durante el último trimestre de 2019. ¿Una exitosa campaña de marketing? En parte, sí. La moda de seguir los consejos de personajes populares en las redes sociales ha puesto en alerta a las autoridades sanitarias. Ni son productos milagrosos, ni son efectivos, ni tan siquiera es legal realizar campañas de publicidad sobre este producto. Sin embargo cada vez son mas las influencers que utilizan su popularidad para recomendar la utilización de medicamentos que solo pueden comprarse con receta médica.
El Ministerio de Sanidad ya ha decidido cortar de raiz. Ante la denuncia del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos procedió a examinar el contenido disponible en las redes sociales donde fue compartido. En principio, se ha centrado en YouTube, que fue la primera plataforma de la que se recibieron quejas. Buscaban la promoción de medicamentos de uso humano autorizados en España realizada por terceros distintos de los laboratorios farmacéuticos que los comercializan.
Youtube e Instagram son las plataformas preferidas para ofrecer este tipo de consejos
Las dos redes en las que más se encuentra este tipo de promociones son YouTube e Instagram, precisamente las que más claramente ofrecen la posibilidad de que los propietarios de una cuenta encuentren rentabilidad de su audiencia. YouTube porque remunera a los autores según el número de veces que se reproduce un vídeo, y permite además que estos introduzcan contenidos patrocinados. E Instagram, porque hace posible que quienes tengan un buen número de seguidores puedan comercializar la audiencia a base de ofrecerles determinados productos.
La investigación de Sanidad reconoce que “Constatada la ilicitud de estas actividades publicitarias, por no ajustarse a los requisitos establecidos en el Real Decreto 1416/1994, de 25 de junio, por el que se regula la publicidad de medicamentos de uso humano […] se requirió a la plataforma que de manera inmediata a la recepción de la comunicación procediera a la retirada de los contenidos o bien a hacer imposible el acceso”.
Solo con la colaboración de las plataformas (Google, Facebook o Instagram, entre otros) será posible controlar la publicación de contenidos nocivos sobre salud.